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Pontus Sarcófago Icor

El Icor de Pontos cubre su Sarcófago

El Icor (霊血, Ikōru) es la sangre azul que fluye en las venas de los Dioses griegos, la fuente de su Inmortalidad, de la vida eterna [1]. También es considerada como la fuente de su poder [2].

Este concepto se utiliza principalmente en los spin-offs, Saint Seiya: Episode.G y en Saint Seiya Episode G - Assassin aunque también se hace una pequeña mención de el en el spin-off, The Lost Canvas.

El Icor está presente en todas las generaciones divinas griegas, tanto los Primordiales, Titanes, y Dioses Olímpicos. Es de un color azul, luminiscente y yace en los cuerpos verdaderos de los dioses.

Habilidades[]

Los poderes de regeneración de esta sangre son enormes, lo que permite a los dioses sanar rápidamente de las lesiones sufridas, y a un mortal que la beba puede ser curado de cualquier daño o enfermedad. Entre sus muchas cualidades, se pueden nombrar más ejemplos tales como:

  • El Icor de los Pontos fue capaz de revivir a guardias de piedra, al dios Apofis y a las estatuas de Anubis que fueron bañadas por él, al tiempo que le dio a los guardias la capacidad de regenerarse a sí mismos indefinidamente. También permitió volver a este mundo a distintos seres como el Rey Minos, a un Tigre colmillo de Sables, al héroe troyano Héctor, y a varias Momias.
  • En el Lost Canvas el Icor de Zeus es empleado por Dédalo para dar vida a Cor Tauri, un autómata con la misión de proteger a Europa y a toda Creta a petición del rey de los Olímpicos. El icor lo dotó de vida, inmortalidad, un gran poder y consciencia.

Mitología[]

En la mitología griega, el Icor (en griego antiguo ἰχώρ ikhốr) era el mineral presente en la sangre de los dioses, o la propia sangre. Esta sustancia mítica, de la que se decía a veces que también estaba presente en la ambrosía o el néctar que los dioses comían en sus banquetes, era lo que los hacía inmortales. En apariencia dorado, cuando un dios era herido y sangraba, el icor era venenoso para los mortales, matando inmediatamente a todos los que entraban en contacto con la sangre de un inmortal.

Homero describe en la Ilíada (v.339–342) de la siguiente manera el momento en el que Afrodita fue herida por Diomedes:

Brotó la sangre divina, o por mejor decir,
el icor; que tal es lo que tienen los bienaventurados dioses,
pues no comen pan ni beben vino negro,
y por esto carecen de sangre y son llamados inmortales.

Curiosidades[]

Icor de Athena

Icor de la Diosa Athena

  • Uno de los mayores tesoros del Santuario es el frasco que contiene el Icor de la diosa Athena de la era mitológica. Dicho frasco fue robado por Galarian Steiner que se encontraba desesperado por salvar a su madre gravemente enferma.

Links externos[]

Referencias[]

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